ESTATUA DE HACHIKO

Estatua de Hachiko
El perro llamado Hachiko, acompañaba al Profesor a la estación para despedirse allí todos los días cuando su dueño iba al trabajo y, al final del día, volvía a la estación para recibirlo. Esta rutina, que pasó a formar parte de la vida de ambos, no fue inadvertida ni por las personas que transitaban por el lugar ni por los dueños de los comercios de los alrededores.

Esta rutina continúo sin interrupciones hasta el 21 de mayo de 1925, cuando el profesor sufrió una hemorragia cerebral mientras daba sus clases en la Universidad de Tokio, y murió. Esa tarde Hachiko corrió a la estación  a esperar la llegada del tren de su amo, y no volvió esa noche a casa. Se quedó en el mismo sitio frente a la estación durante los siguientes 9 años de su vida.

Conforme transcurría el tiempo, Hachiko comenzó a llamar la atención de propios y extraños en la estación; mucha gente que solía acudir con frecuencia a la estación había sido testigo de cómo Hachiko acompañaba cada día al profesor antes de su muerte.
Fueron esas mismas personas las que cuidaron y alimentaron a Hachiko durante ese largo período.

La devoción que Hachiko sentía hacia su amo fallecido conmovió a los que lo rodeaban, quienes lo apodaron el perro fiel.

En abril de 1934, una estatua de bronce fue erigida en su honor en la estación Shibuya, y el propio Hachiko estuvo presente el día que se inauguró.
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